Ahí es donde ves que el puto único motivo por lo que sigues es por él. No por intereses, ni por que tenga un bonito cuerpo o vista bien, sino porque te gusta por dentro, te gusta cuando te hace reír y cuando se preocupa por ti, o cuando te llama guapa o se acera a tu oído y te dice que te quiere. Cuando se burla de tu desgracia, pero en el fondo sabes que daría lo que fuese por ayudarte. Cuando es así de tierno.
Te acabas dando cuenta de que te creías invencible, que también necesitas besos en el cuello como el resto de los mortales, y que a veces estás más perdido cuando no te pierdes en nadie
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se llama personalidad mona.