Puede que sea muchas cosas en una sola persona.

Puede que no sea la chica perfecta, pero seguramente lo sea a mi manera.

que sea todo para alguien y que no signifique nada para otros. Puede que un día tenga mil sonrisas para repartir,

y otro en cambio no tenga ganas de nada.
Quiero a muchas personas.

Para unos seré demasiado perfecta y para otros tendré demasiados defectos. Para unos seré la mejor amiga del mundo,

y otros no me querrán ni ver.
Tengo muchas cosas buenas, pero también muchas malas. Me gusta contarle mis secretos a la gente en la que confío y que esa gente confíe en mí. Confío en la gente demasiado rápido y a veces me equivoco. Me gusta pasarme horas hablando por teléfono con ellas.

Siempre llevo reloj. No suelo pensar las cosas que debería pensar, y me como la cabeza por cosas tontas. No me gusta odiar a ciertas personas, sería darle más importancia de la que se merecen, pero es inevitable no hacerlo. Me gusta reír

y hacer reír. Me gustan los pequeños detalles y los grandes momentos.

Me gusta recordar viejos momentos.

Me gusta verle los defectos a la vida y reírme de ellos. Me gusta ayudar a la gente siempre y cuando se lo merezcan. Soy cero detallista aunque me gusta que lo sean. Me la suda lo que piensen de mí las personas que no son mis amigos. Me gusta actuar sin pensar en las consecuencias. Divertida.

Me gusta reírme de mi misma.

Soy de las que piensa que el orgullo es lo último que se pierde. Me gusta saltarme las reglas y no seguir una misma rutina.

Me gusta aprender de mis errores, que no son pocos. A veces puedo ser muy tímida, otras en cambio puedo ser la más lanzada. El amor a primera vista no existe. Nadie es perfecto. Siempre me estropeo una uña después de pintármelas.

Cambio cada dos por tres de opinión. Me considero una persona simple, a veces difícil de entender. Me encanta el verano.

la playa y el mar. Odio que me mientan. Alocada.

Me gusta caminar y jugar al baloncesto.

Podría pasarme una tarde entera de compras.

Soy muy orgullosa. Admito que soy de las que dije “lo haré mañana”, “nunca más me enamoraré”, “acabo en un segundo” y jamás lo cumplo. Cojo cariño fácilmente a las personas aunque ni lo diga ni lo demuestre.

Odio los domingos y me encantan los sábados. . Acepto que soy la más cabezona y negativa del planeta. Tengo muy poca confianza en mi misma y demasiada en los demás. Perdono, pero no olvido. Las cosquillas me desquician, sobre todo si son en el cuello. Habrá días que estaré 24 h contigo, abrazándote, agobiándote, haciéndote reír.

 Otros, sin embargo, notarás que no estoy aquí, que nada me incumbe y nadie tiene que ver conmigo, esos días te aconsejo que no te esfuerces ni en tocarme. Con el tiempo verás que soy de extremos, que conmigo es blanco o negro el gris no existe. O te quiero o te odio. O me da igual o todo me afecta. O algo me gusta o no puedo ni verlo. Hago lo que quiero y cuando quiero. Que cuando lloro, lloro hasta soltar la última lágrima, que cuando río,

se me sale toda la fuerza en cada carcajada, que cuando me enfado, lo hago con toda mi energía, y que cuando grito, me dejo la garganta. Después de darte cuenta de todo eso, sabrás si eres un poco inteligente, que cualquier día, a cualquier hora, me puedo ir

de tu vida tal y como llegué, sin esperarlo, con fuerza y de repente. Para ese día ya habrás descubierto que es inevitable cogerme cariño. Pero no te preocupes, cuando me vaya ya me conocerás lo suficiente y sabrás qué hacer para que vuelva, sino lo sabes todavía.